13.3.11

A la primera persona que me ayude a comprender, pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe. Yo no pido que las cosas me salgan siempre bien, pero es que ya estoy harto de perderte sin querer. A la primera persona que me ayude a sentir otra vez, pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe. ¿Qué voy a hacer con aquellos besos? ¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos? Dime, ¿dónde lo metemos? ¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez? ¿Dónde guardo las promesas? ¿Dónde guardo el ayer? ¿Dónde guardo tu manera de tocarme? ¿Donde guardo mi fe? Aunque lo diga la gente, yo no lo quiero escuchar. No hay más miedo que el que se siente, cuando ya no sientes nada.